El postureo (o no) del Dj

Hace un par de día me encontré por las redes un video que habla de la figura del Dj a través de varios nombres ilustres de la escena. El video está en inglés pero tiene partes en Alemán por lo que igual necesitáis activar los subtítulos.

Hay una parte que me ha llamado la atención, y es la de a partir de (más o menos) el minuto 13. Nada menos que David Guetta hace un alegato sobre la figura del Dj pero también de la gente que asiste a según que eventos. Viene a decir un poco que hay Djs que están más pendientes de hacer su set pensando en Instagram que en el público que ha ido a verle. Pero lo más hilarante, en mi opinión, es que ese mismo público está grabando el evento más que disfrutarlo; «nadie baila» incluso dice el productor y Dj francés.

Es curioso que sea él el que suscite tal debate, ya que él mismo reconoce que suele compartir mucho material en redes. Otros en el mismo video reconocen lo mismo, como es el caso de Amelie Lens. No obstante, ésto no es algo exclusivo del circuito más EDM o mainstream, sino que es algo que observo en los perfiles de artistas de todo tipo de estilo, incluido el Hardcore.

He tratado de alejarme de las redes sociales lo máximo posible, pero muchas veces me es imposible ya que en muchas ocasiones te enteras de cosas interesantes solo a través de éstas: pre-orders, eventos, etc. hace difícil al aficionado desentenderse completamente si se quiere estar al tanto de lo que pasa en la escena. Pero eso, me «obliga» a ver ese tipo de videos de artistas en festivales, que no hacen más que mirar a cámara y ni siquiera están atendiendo al público cuando llega el drop. Sí, son pocos segundos, pero evidencia que hay algo ahí que no funciona. El Dj pasa más a ser un bufón que un artista. Máscaras, atuendos raros, disfraces, microbikinis… incluso veo Djs que jamás pre-escuchan, lo que suscita la siempre incómoda pregunta de si son realmente sets pregrabados, o tan preparados al milímetro donde la improvisación no cabe.

Todo Dj que se precie dirá que jamás prepara un set. Obviamente, hace su trabajo inútil, por lo que reconocerlo sería pegarse un tiro en el pie. Pero por ejemplo hace no mucho Deadmau5 reconoció que no es tan extraño.

Es cierto que cuando hay una producción visual o pirotécnica donde la música y al artificio de turno requiere de cierta sincronización, no cabe la improvisación. Un ejemplo fue el set de Promo en la sala principal del Thunderdome 25 (ya hubo cierta polémica entonces).

No entro al ridículo de algún que otro video donde se ve al Dj manipular una mesa completamente desconectada, o el toqueteo epiléptico de los faders sin que se aprecie cambio en la música alguno, o el pavoneo cual gogo de algunas féminas. Pero, ¿donde queda el arte del Dj? Especialmente en aquellos casos que el DJ no pone siquiera su propia música. ¿Se han convertido en mero espectáculo circense? ¿La música deja de ser lo importante, el arte de la composición de temas, de empalmes, de transiciones queda en segundo plano?

El Dj antiguamente era el típico chaval, normalmente un camarero del garito de turno, que prefería poner música que copas. Se situaba en el fondo del local en muchas ocasiones sin ni siquiera ver qué pasaba en él. Luego fueron ocupando posiciones más prominentes, pero para ver qué pasaba en la pista y poder interactuar con ella. Esa es para mi la principal gracia del Dj, la persona que sabe leer una audiencia y darle lo que quiere, sin perder ese punto de adoctrinamiento. El Dj debe insinuar nuevo material a su gente, probar e incluso dirigir a su audiencia a cierta incomodidad, siempre controlando que no se le vaya de las manos.

Probablemente todo esto aplica más al Dj de club que al de eventos, donde quizá tienen menos capacidad de maniobra, ya que el público que va a a ver a determinado headliner quiere escuchar sus temas más icónicos. Djs que repiten el mismo set una y otra vez. Pero no puedo dejar de pensar en ese chaval que empieza a tener curiosidad por la figura del Dj, como me pasó a mi cuando tenía 14 años y empezaba a salir. Me quedé prendado del oficio, y me daba absolutamente igual si aquella persona tenía o no notoriedad. Me fascinaba lo que hacía en la oscuridad de aquella cabina, como manipulaba la música, como se la hacía suya, como la gente reaccionaba a su mezcla, a su selección musical. El público levantaba los brazos, muchas veces al cielo, sin importarnos dónde estaba el Dj. No digo que ahora la gente no desfase igual que antaño, pero si alguien como el Guetta dice algo así será por algo. O quizá solo pase en determinados ambientes y ésto solo es una reflexión de un señor mayor que apenas sale.

Y vosotros, qué pensáis?

2020. Un buen año

No, no me he vuelto loco. El año que pasará a la historia por ser de los peores de la era moderna y que ha provocado tanta desdicha, dolor, muerte… nos deja algo positivo. Y como éste blog va de música, pues he de decir que 2020, en lo musical, ha sido un buen año, mejor de lo que se podría anticipar hace sólo unos meses.

El criterio que uso para justificar mi evaluación anual es tan arbitrario como otro cualquiera: cuanta música ha pasado a formar parte de mi colección este año que ya hemos cerrado. Y aunque el número no es algo comparable a mis años más coleccionistas e incluso algo menor que 2019, he de decir que los números, siempre influenciados por la pandemia, son reveladores. Sobre el centenar de vinilos y otros tantos en formato sólo digital han captado mi atención. No soy un devorador de música ya que tengo mis preferencias, pero sí me gusta ir escuchando de vez en cuando todo tipo de subestilos dentro del género Hardcore. Sirva como aperitivo este tema para amenizar la lectura del siguiente párrafo:

The Dj Producer – Can’t describe it (Finally)

Han habido dos vertientes claramente diferenciadas este año 2020: por un lado, el circuito comercial ha congelado sus lanzamientos, no han habido festivales en los que mostrar esas producciones y eso ha provocado que grandes nombres de la escena hayan preferido reservarse para mejores tiempos. Otros directamente siguen repitiendo la misma fórmula. Es posible que más de uno diga que «reservarse» no puede describir al hecho de que MOH haya editado más una treintena de referencias digitales, por citar el sello referencia de la corriente mainstream. En cambio, en el circuito más underground, ha pasado justo lo contrario, vemos artistas que han aprovechado para editar más material que nunca, uno de ellos es el gran Luke a.k.a. The Dj Producer, que ha tenido tiempo de editar varios temas, algunos vinilos y además se ha descubierto como un gran radio Dj en su celebrado Confirmed Signals en Prspct Radio. Mención especial a su triple vinilo Doomsday Expanded Redux que supone la vuelta de «su» sello Rebelscum.

Y ya que menciono Prspct, merece la pena enfatizar su labor por ser uno de los colectivos que más y mejor ha amenizado las veladas en casa, ya sea con sus sesiones diarias en la época más dura del confinamiento o por su compromiso con la edición de formato físico de la música más extrema. El ritmo de edición no ha sido el del 2019, pero ha editado más de media docena de plásticos entre los que se encuentra el fantástico álbum de Dolphin. Espero poder diseccionar en profundidad ese álbum ya que probablemente sea, en mi opinión, el disco del año.

Dolphin – Ebbs

Y es que Prspct fue de los primeros colectivos en ofrecernos streams de sus artistas casi de manera diaria, actividad a la que pronto se sumaron otros artistas y que ya consideramos como habitual en nuestras redes sociales (incluso nosotros hemos participado de esta corriente, puedes echar un ojo en posts más antiguos). Ellos fueron pioneros e incluso han creado una plataforma para ofrecer contenido musical exclusivo como es Prspct Radio. Grandes.

Otra de las grandes noticias de este año ha sido la vuelta al ruedo de Marc Acardipane, o mejor dicho, la vuelta al mundo del vinilo de su antológica discografía. Nada más y nada menos que siete vinilos con remásters de muchos de sus temas clásicos e incluyendo remixes que… bueno, cada uno verá, pero en mi opinión, innecesarios. Podéis encontrar más en su Bandcamp. No todo han sido replanchas y remixes, ya que parece que puede volver a producir Hardcore…

Marc Acardipane – Rave or die

Y aprovechando que Marc pueda haber sido una inspiración para el sonido más oscuro que pueda haber en el Hardcore, el Doomcore, ha contado entre sus sellos más destacados los proyectos de Traumatic, Dark Impact o Dark Descent, con un ritmo de edición remarcable. Me permito destacar trabajos como el álbum de Sacerdos Vigilia por Meta4, o el gran EP digital de Neurocore por el sello de Fracture 4, Love Hz. Una pena que muchos de estos sellos sólo se dediquen al lanzamiento de formato digital porque estoy convencido que muchos pasaríamos por caja ante ediciones físicas de varios de estos lanzamientos.

Neurocore- Atlantis

En el grupo de sellos de los que me declaro seguidor incondicional tanto por su calidad como por su apuesta por la edición vinílica, se encuentra la incombustible Deathchant, con un Hellfish más en forma que nunca (aunque su King of Ironfist pueda ser considerado un disco de 2021). Destacan el fantástico álbum de Dataklysm y el vinilo de Hellfish junto a The Teknoist. En un terreno más Gabber, destaca Mokum donde parece que además de seguir ofreciendo un repertorio digital considerable, han vuelto a editar varios vinilos, varios de ellos excelentes, incluido uno de Nordcore GMBH, probablemente una de las vueltas más sonadas de la escena, no sólo por ese vinilo por Mokum, sinó por un álbum repleto de temas de la factoría Marco Hartmann. Otros sellos como Ruffneck, DHM, S.O.D.O.M., Terrornoize Industry o Little Magic Bastard y Gabbadome, entre otros, contribuyen a que los más nostálgicos del coleccionismo sigamos viendo crecer nuestras colecciones a buen ritmo, algo de agradecer y que desde aquí apoyamos sin duda alguna. De hecho, es probable que te sea muy difícil acceder a esta música sino adquieres los vinilos…

En el terreno digital la cosa es más extensa. Hay buen material, muy bueno de hecho, pero hay que estar atento para que no se pase de largo en tu servicio de streaming favorito y se conviertan en temas de usar y tirar. Temas como el de Mindwalker y Broken Code que os he compartido o temas de Dustrializer por Oblivion Underground e Industrial Strength son dos ejemplos de temazos que se me vienen a la cabeza y que merecen ser escuchados y disfrutados.

Dustrializer – Unheard

Sé que me dejo infinidad de sellos y temas que mencionar de este año 2020, pero hay una mención que no se me puede pasar. Y es que 2020 nos ha dejado un nuevo Thunderdome: High voltage.

y aquí su tema insignia por el gran Ophidian.

Ophidian – Electric Renonance

Soy de los que considero que Thunderdome vive de nombre y de leyenda y no ha sabido capitalizar el estilo como hizo en su día. Otra cosa es la fiebre que genera solo mencionar su nombre. Pero es significativo que 2020, el año sin festivales, haya visto la luz de semejante producto que recupera el espíritu de los recopilatorios de antaño sin pretender ser un sucedáneo de Masters of Hardcore, apostando por la edición del recopilatorio en formato físico. El contenido queda a criterio de cada uno pero mantiene un equilibrio entre el estilo más comercial y el que va un poco más allá, como siempre ha intentado hacer y que tan buenos resultados le ha dado hasta la fecha.

Esperemos que 2020 haya sido un año único y este 2021 que empieza sea mejor en muchos aspectos en los que este blog no entra a discutir. Bueno, uno si. Mucha gente no merece seguir como hasta ahora, y es especialmente criticable la situación del mundo de la noche y de los festivales, discotecas y vinculados, alrededor de todo el mundo. Muchos de nosotros ya estamos más de espectadores en la distancia de este mundillo, pero nuestra afición se nutre de gente que vive de la maquinaria que ahora mismo está parada, por lo que cuanto antes se recupere la normalidad, antes podremos disfrutar de la música que se ha editado este año pasado en unos buenos sound systems, en un buen festival, en una buena discoteca o rave, junto a la gente que comparte nuestra pasión.

Bienvenido 2021.

No Sleep Till PRSPCT

El pasado 2 de marzo, los amigos del sello PRSPCT lanzaron en Youtube el documental que presta el título a esta entrada y que podéis ver en el siguiente enlace. Merece la pena echar un ojo.

Se trata de media hora de documental (en inglés) donde todo gira en torno a la figura de Gareth de Wijk a.k.a Thrasher, responsable máximo del sello holandés PRSPCT Recordings. En el video podemos ver a gente como Eye-D, Counterstrike, Black Sun Empire, Limewax, Adamant Scream, entre otros hablar de como Gareth ha conseguido colocar a PRSPCT en un lugar privilegiado dentro del mundo más duro de la electrónica sin comprometerse a simplemente ser un sello Drum and Bass o Hardcore al uso. No cabe duda que la trayectoria de PRSPCT ha sido meteórica, pasando de ser un sello (aparentemente) Drum and Bass a rápidamente introducir bombos más propios de la escena más Hardcore e incluso estructuras complejas, más cercanas al movimiento Breakcore. Su alianza con artistas ya consagrados por entonces como los The Outside Agency (más como Eye-D + Hidden), los propios BSE, Limewax, Cooh, Counterstrike y muchos otros rápidamente llamó la atención de la gente que rápidamente desvió su atención hacia el sello de Rotterdam, ciudad acostumbrada a ver nacer sellos de enorme trascendencia en la electrónica, pero quizá algo menos proclive a dar a conocer un proyecto que trascendía un género musical, con la dificultad que el proyecto supone. Cabe reconocer que el reto ha sido conseguido, abriendo camino a subsellos que buscan diferentes tipos de sonido, siempre fiel a una manera de hacer que a los aficionados, siempre suena familiar.

No podría asegurar si la escena Hardcore hubiera evolucionado de la misma manera sin un sello como PRSPCT, pero sí es cierto que es de los pocos sellos que siguen apostando por editar gran parte de su catálogo en vinilo, apostando por un sonido que parece relegado a la cuarta (o última) sala en los grandes eventos Hardcore, pero que ellos colocan en sus PRSPCT XL en primera plana, apostando sin ningún pudor por la escena más alejada del circuito comercial y apoyando artistas que, como el propio Thrasher reconoce en el documental, son más que meros contratos, son amigos, familia como muchos de ellos reconocen. Probablemente para el común de los mortales que siguen PRSPCT en la distancia, ya sea asistiendo a sus fiestas o comprando su música, todo esto sea irrelevante porque no tiene una visibilidad que sí deja entrever el documental. De todos modos, merece la pena apoyar iniciativas como la de PRSPCT (y de Gareth) por seguir apostando por un estilo y una manera de hacer, un sello que sigue funcionando hoy como lo hacían antaño muchos otros y hacerlo, además, contracorriente. He aquí un fan de PRSPCT . Long live PRSPCT !!