Así fue: Kompound vs Prspct

Viernes por la noche (21 de Abril) y llega el momento de ponerse las pilas. Es casi la una de la mañana y tengo marcado en mi calendario una fiesta en The Garage of the Bass Valley organizada por el colectivo Kompound y a la que se traen varios representantes de la factoria Prspct. Vámonos.

Como es mi primera entrada sobre The Garage, merece la pena hacer cierta mención de que es y supone la sala en la noche barcelonesa más underground . Y es que tiene huevos que dicha sala resida a apenas medio kilómetro de donde he vivido casi siete años en Hospitalet de Llobregat. Ubicada en una zona poligonera donde apenas molesta a vecinos y transeúntes, ha tenido la vista de no atarse a ningún tipo de sonido y organizar fiestas de toda índole, desde Makina, House, Techno u otros géneros menos electrónicos. Es de esos clubes pequeños, que sabe a quien debe atraer, al purista de lo underground, el que busca ver lo que está pasando encima del escenario, con sobriedad y prestando atención a lo realmente importante. En mi caso, ese sonido bien cuidado, sin estridencias, algo bastante habitual en otras salas que sólo buscan reventar el medidor de decibelios, es su marca registrada. No importa si lo que suena es Hardcore, Drum and Bass o Techno, lo vas a recibir tal cual fue concebido. Sin duda, un placer para mis oídos. Pero esa sobriedad también llega a lo visual, donde el sistema de luces y las visuales son igualmente cuidadas, especialmente estas últimas, para la ocasión, a cargo de Flipnormals, habitual en fiestas del colectivo. Desde mi última visita habían puesto más pantallas por lo que las proyecciones abarcaban más zona delantera, algo que daba un aspecto mucho más impactante.

Pero vuelvo a la fiesta que se me va… Llego pasada la una y veinte y me dirijo a la barra a energizarme un poco. Pincha un chico con gorra, Architects of Adversity. Su estilo a los cedejotas es depurado y bien ejecutado. Reconozco rápidamente elementos en los que creo el colectivo Kompound se reconoce bien: ese Hard Techno que limita con el sonido más industrial, casi Hardcore. Se deja caer algún temilla más Core, pero en su mayoría buen Hard Techno. La entrada a la sala es algo más floja que el anterior día que vine a ver a Somniac One o GITM, pero oye, nada mal. De hecho, esta fiesta me llegó por su grupo de Telegram, ya que ni su Facebook la menciona. Aún así, buena entrada… Pero llegan las dos…

Y llega [KRTM]. Reconozco que todavía no había tenido la oportunidad de poder verle en directo a pesar de que lo llevo siguiendo varios años. Su espigada figura junto a su altura hacen que no pase desapercibido en cabina. Prepara su setup de laptop y controladora y se dispone a lanzar su set. Empieza con su reciente remezcla del Atmos-fear de Marc Acardipane. Va fuerte.

Se empiezan a suceder varios temas que rápidamente reconocemos de sus trabajos por Prspct. Esperaba quizá algo más de progresión, empezando por sus temas más technoides por Arts, pero el belga iba combinando temas de su celebrado Consumer con alguno de su Narcfest o su anterior y fantástico It will make the world a better place. La gente recibió los temas bastante bien, ya que es un material que creo casa bien con la audiencia habitual de Kompound. En mi caso lo disfruté mucho, ya que 90% del set fue cosecha propia, adornada de ciertas licencias más Hardcore, incluso cayó un Love Thy Enemy o un Poltergeist. Lo vi muy metido, con bailoteos constantes y reiteradas complicidades con el público. Se sabe un fiera, uno de esos pocos productores que tienen un sonido propio, reconocible, algo bastante poco común en estos tiempos de presets y temas de fórmula.

Tras la hora y media pactada, tocaba el turno de Slave to Society, para mí la incógnita de la noche. El de Manchester no es precisamente un recién llegado a la escena electrónica, ya que ha sido miembro del dúo AnD, prolífico en el sonido más puramente Techno. Pero algo debió pasar por su cabeza en 2020, que decidió ir un pelo más allá y liberarse de las ataduras del Techno más académico. Y vaya si lo hizo, su vinilo por Scuderia me pareció muy bueno ya que quizá es el estilo que más va conmigo, pero si escuchas varios de sus ultimos trabajos, verás que es un tío que quiere experimentar con una selección y producción de lo más ecléctica.

Así que efectivamente, me picaba la curiosidad a ver por donde tiraba. Y no defraudó en ese sentido por que temas más 4×4 del Hardcore más convencional, si es que se puede llamar asi, eran entrelazados con temas Drum and Bass o directamente Jungle. Su lado más Noise lo dejó de lado ya que quizá a alguno le podría haber explotado la cabeza. Progresión correcta desde los 160 a los 180 bpms, e incesantes amen breaks, con algunos tramos ciertamente desconcertantes. Interesante cuanto menos, con una técnica menos depurada, abusando en ocasiones del fade-out en mezcla. Yo lo disfruté, aunque no percibí el mismo entusiasmo por parte del respetable, que quizá esperaba algo menos roto. A él se le notaba distante de la pista, pero disfrutón, como muy pendiente de la mezcla, como si realmente estuviera improvisando.

Otra hora y media y llegaba el turno del jefe de Prsprct, Thrasher. No recuerdo muchos carteles en España con su nombre; no me atrevo a decir que es su primera vez aquí, pero bueno, desde luego no es demasiado habitual verlo por estos lares. Me sorprendió ver su setup, aunque según he visto es más habitual en él de lo que parece, y es que controla la música a través de platos y unos gadgets que imagino mandan el código de tiempo de manera inalámbrica. Algo parecido a ésto. Yo los había visto y el concepto mola mucho, pero esperaba que siendo wireless no respondieran bien o introdujeran cierto retraso en la ejecución…. nada de eso percibí en directo.

Pero temas técnicos aparte, Thrasher trasmite pura pasión a los platos. Se nota que el tío disfruta con lo que hace, lo cual explica el éxito de su colectivo. Ha sabido dirigirse a un público que gusta de la variedad, con predilección por la electrónica extrema, pero que no se encasilla en un solo estilo musical. Su set fue predominantemente Hardcore y Hardcore Drum and Bass, no diría Crossbreed, pero si un material complejo, donde los bombos son un mero acompañamiento, no únicos protagonistas como en otros estilos actuales. Se quedó sobre los 185-200 bpms, con multitud de tracks de su sello, muchos de ellos probablemente no editados aún, ya que muchos de ellos no fui capaz de reconocer. Incluso se permitió escrachear, crossfadeos y backspins, probando la robustez de su equipamiento. Un fenómeno. Ir a verle no era más que una excusa para demostrar un poco mi agradecimiento por haber podido llevar a cabo la gigantesca hazaña de posicionar Prspct en la escena, sobre todo desde Holanda, con un sonido que poco tiene que ver con lo que nos tiene habituado el país tulipán. Os dejo un fantástico set que grabó hace unos meses que testifica el nivel musical que suele exhibir Gareth.

Pero llegan las 6 y veinte, cinco horas para mí un viernes es toda una hazaña, me hago mayor, pero me voy con una sonrisa puesta y un contador de pasos para presumir al día siguiente. Amanece en Barcelona, gracias Kompound, nos vemos en la próxima.