2020. Un buen año

No, no me he vuelto loco. El año que pasará a la historia por ser de los peores de la era moderna y que ha provocado tanta desdicha, dolor, muerte… nos deja algo positivo. Y como éste blog va de música, pues he de decir que 2020, en lo musical, ha sido un buen año, mejor de lo que se podría anticipar hace sólo unos meses.

El criterio que uso para justificar mi evaluación anual es tan arbitrario como otro cualquiera: cuanta música ha pasado a formar parte de mi colección este año que ya hemos cerrado. Y aunque el número no es algo comparable a mis años más coleccionistas e incluso algo menor que 2019, he de decir que los números, siempre influenciados por la pandemia, son reveladores. Sobre el centenar de vinilos y otros tantos en formato sólo digital han captado mi atención. No soy un devorador de música ya que tengo mis preferencias, pero sí me gusta ir escuchando de vez en cuando todo tipo de subestilos dentro del género Hardcore. Sirva como aperitivo este tema para amenizar la lectura del siguiente párrafo:

The Dj Producer – Can’t describe it (Finally)

Han habido dos vertientes claramente diferenciadas este año 2020: por un lado, el circuito comercial ha congelado sus lanzamientos, no han habido festivales en los que mostrar esas producciones y eso ha provocado que grandes nombres de la escena hayan preferido reservarse para mejores tiempos. Otros directamente siguen repitiendo la misma fórmula. Es posible que más de uno diga que «reservarse» no puede describir al hecho de que MOH haya editado más una treintena de referencias digitales, por citar el sello referencia de la corriente mainstream. En cambio, en el circuito más underground, ha pasado justo lo contrario, vemos artistas que han aprovechado para editar más material que nunca, uno de ellos es el gran Luke a.k.a. The Dj Producer, que ha tenido tiempo de editar varios temas, algunos vinilos y además se ha descubierto como un gran radio Dj en su celebrado Confirmed Signals en Prspct Radio. Mención especial a su triple vinilo Doomsday Expanded Redux que supone la vuelta de «su» sello Rebelscum.

Y ya que menciono Prspct, merece la pena enfatizar su labor por ser uno de los colectivos que más y mejor ha amenizado las veladas en casa, ya sea con sus sesiones diarias en la época más dura del confinamiento o por su compromiso con la edición de formato físico de la música más extrema. El ritmo de edición no ha sido el del 2019, pero ha editado más de media docena de plásticos entre los que se encuentra el fantástico álbum de Dolphin. Espero poder diseccionar en profundidad ese álbum ya que probablemente sea, en mi opinión, el disco del año.

Dolphin – Ebbs

Y es que Prspct fue de los primeros colectivos en ofrecernos streams de sus artistas casi de manera diaria, actividad a la que pronto se sumaron otros artistas y que ya consideramos como habitual en nuestras redes sociales (incluso nosotros hemos participado de esta corriente, puedes echar un ojo en posts más antiguos). Ellos fueron pioneros e incluso han creado una plataforma para ofrecer contenido musical exclusivo como es Prspct Radio. Grandes.

Otra de las grandes noticias de este año ha sido la vuelta al ruedo de Marc Acardipane, o mejor dicho, la vuelta al mundo del vinilo de su antológica discografía. Nada más y nada menos que siete vinilos con remásters de muchos de sus temas clásicos e incluyendo remixes que… bueno, cada uno verá, pero en mi opinión, innecesarios. Podéis encontrar más en su Bandcamp. No todo han sido replanchas y remixes, ya que parece que puede volver a producir Hardcore…

Marc Acardipane – Rave or die

Y aprovechando que Marc pueda haber sido una inspiración para el sonido más oscuro que pueda haber en el Hardcore, el Doomcore, ha contado entre sus sellos más destacados los proyectos de Traumatic, Dark Impact o Dark Descent, con un ritmo de edición remarcable. Me permito destacar trabajos como el álbum de Sacerdos Vigilia por Meta4, o el gran EP digital de Neurocore por el sello de Fracture 4, Love Hz. Una pena que muchos de estos sellos sólo se dediquen al lanzamiento de formato digital porque estoy convencido que muchos pasaríamos por caja ante ediciones físicas de varios de estos lanzamientos.

Neurocore- Atlantis

En el grupo de sellos de los que me declaro seguidor incondicional tanto por su calidad como por su apuesta por la edición vinílica, se encuentra la incombustible Deathchant, con un Hellfish más en forma que nunca (aunque su King of Ironfist pueda ser considerado un disco de 2021). Destacan el fantástico álbum de Dataklysm y el vinilo de Hellfish junto a The Teknoist. En un terreno más Gabber, destaca Mokum donde parece que además de seguir ofreciendo un repertorio digital considerable, han vuelto a editar varios vinilos, varios de ellos excelentes, incluido uno de Nordcore GMBH, probablemente una de las vueltas más sonadas de la escena, no sólo por ese vinilo por Mokum, sinó por un álbum repleto de temas de la factoría Marco Hartmann. Otros sellos como Ruffneck, DHM, S.O.D.O.M., Terrornoize Industry o Little Magic Bastard y Gabbadome, entre otros, contribuyen a que los más nostálgicos del coleccionismo sigamos viendo crecer nuestras colecciones a buen ritmo, algo de agradecer y que desde aquí apoyamos sin duda alguna. De hecho, es probable que te sea muy difícil acceder a esta música sino adquieres los vinilos…

En el terreno digital la cosa es más extensa. Hay buen material, muy bueno de hecho, pero hay que estar atento para que no se pase de largo en tu servicio de streaming favorito y se conviertan en temas de usar y tirar. Temas como el de Mindwalker y Broken Code que os he compartido o temas de Dustrializer por Oblivion Underground e Industrial Strength son dos ejemplos de temazos que se me vienen a la cabeza y que merecen ser escuchados y disfrutados.

Dustrializer – Unheard

Sé que me dejo infinidad de sellos y temas que mencionar de este año 2020, pero hay una mención que no se me puede pasar. Y es que 2020 nos ha dejado un nuevo Thunderdome: High voltage.

y aquí su tema insignia por el gran Ophidian.

Ophidian – Electric Renonance

Soy de los que considero que Thunderdome vive de nombre y de leyenda y no ha sabido capitalizar el estilo como hizo en su día. Otra cosa es la fiebre que genera solo mencionar su nombre. Pero es significativo que 2020, el año sin festivales, haya visto la luz de semejante producto que recupera el espíritu de los recopilatorios de antaño sin pretender ser un sucedáneo de Masters of Hardcore, apostando por la edición del recopilatorio en formato físico. El contenido queda a criterio de cada uno pero mantiene un equilibrio entre el estilo más comercial y el que va un poco más allá, como siempre ha intentado hacer y que tan buenos resultados le ha dado hasta la fecha.

Esperemos que 2020 haya sido un año único y este 2021 que empieza sea mejor en muchos aspectos en los que este blog no entra a discutir. Bueno, uno si. Mucha gente no merece seguir como hasta ahora, y es especialmente criticable la situación del mundo de la noche y de los festivales, discotecas y vinculados, alrededor de todo el mundo. Muchos de nosotros ya estamos más de espectadores en la distancia de este mundillo, pero nuestra afición se nutre de gente que vive de la maquinaria que ahora mismo está parada, por lo que cuanto antes se recupere la normalidad, antes podremos disfrutar de la música que se ha editado este año pasado en unos buenos sound systems, en un buen festival, en una buena discoteca o rave, junto a la gente que comparte nuestra pasión.

Bienvenido 2021.